Mitos sobre la obesidad: lo que realmente debes saber

En redes sociales abundan los mitos sobre la obesidad, y muchos de ellos pueden afectar directamente la salud y el bienestar de las personas. No hay que pasar hambre para perder peso, ni dormir engorda, ni mucho menos la obesidad se debe simplemente a falta de fuerza de voluntad.

La realidad es que la obesidad es una enfermedad crónica y multifactorial, considerada una de las grandes epidemias del siglo XXI. Está estrechamente relacionada con el consumo de tabaco, alcohol, la inactividad física y una alimentación poco saludable. Además, es un importante factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, cáncer y apnea del sueño.

  • La obesidad es solo falta de voluntad

    Este es uno de los mitos más dañinos. La obesidad no es cuestión de fuerza de voluntad, sino una condición influida por factores genéticos, metabólicos, ambientales y sociales.

    Reducirla a simples decisiones personales ignora la complejidad del cuerpo humano y puede generar culpa o estigma hacia quienes la padecen. El primer paso para enfrentarla es entender que se trata de una enfermedad real, que requiere acompañamiento médico, nutricional y emocional.

  • Para bajar de peso hay que pasar hambre

    Falso. El hambre constante no es ni saludable ni sostenible. El tratamiento nutricional de la obesidad se basa en aprender a comer mejor, no en dejar de comer. Lo importante es escoger bien los alimentos, preferir opciones naturales y nutritivas, y distribuir las comidas en cinco momentos diarios.

  • Dormir engorda

    Todo lo contrario. Diversos estudios han demostrado que dormir menos de cinco horas por noche aumenta el riesgo de obesidad.

    El sueño insuficiente altera hormonas como la leptina y la grelina, que regulan el apetito, y puede favorecer el aumento de peso. Dormir al menos siete horas diarias y mantener una rutina de descanso estable (levantarse y acostarse a la misma hora) ayuda a controlar el peso y mejorar la salud cardiovascular.

  • Las personas  obesas son perezosas

    Nada más lejos de la verdad. Muchas personas con obesidad llevan estilos de vida activos y saludables, pero enfrentan desafíos metabólicos o hormonales que dificultan la pérdida de peso. Juzgarlas por su cuerpo no solo es injusto, sino contraproducente. La salud no se define por el número en la balanza, sino por hábitos sostenibles y bienestar integral.

  • Es solo un problema estético

    La obesidad va mucho más allá de la apariencia física. Está asociada a problemas graves de salud, como diabetes tipo 2, hipertensión, enfermedades cardíacas y mayor riesgo de mortalidad. Por eso, hablar de obesidad no es hablar de imagen, sino de salud y bienestar general.

Comprender, no juzgar

La obesidad es una enfermedad compleja, influenciada por múltiples factores. La culpa y la vergüenza no ayudan a superarla; la humanización y el respeto sí. Tratar a las personas con obesidad con dignidad y empatía es esencial para avanzar hacia una sociedad más saludable y consciente. Porque cuidar la salud también significa cuidar la forma en que hablamos de ella.